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Opción nutricional como compromiso ambiental


Competencia entre usos de las tierras y efectos

Los usos de la tierra competirán cada vez más entre si –alimentación, agroenergéticos, conservación de ecosistemas, urbanización y otros. La población creciente, en el contexto de una cultura dominante que privilegia la lógica mercantil y la rentabilidad sobre cualquier otra consideración, ejercerá una presión mayor y más intensa sobre tierras y humedales. La humanidad tendrá que intensificar y mejorar sus decisiones en este sentido para anticipar y resolver conflictos, así como para revertir efectos acumulados de sus economías, cada vez más complejos, interconectados y difíciles de mitigar. De igual manera, tendrá que tener muy claras sus prioridades como especie y frente a la biósfera en general.

La conciencia sobre las implicaciones que las opciones alimenticias tienen en este sentido, será clave para acertar en las decisiones. El énfasis en una dieta rica en carnes y derivados, acompañada por verduras y frutas, en contraste con una rica en verduras y frutas, exclusiva o acompañada de las primeras, será cada vez más parte de la discusión.

Los hábitos alimenticios tienen efectos en la salud e importantes consecuencias en el ambiente. En el estudio de Campbell sobre los hábitos alimenticios en China y su contraste con los predominantes en los Estados Unidos –The China Study-, se documenta en forma amplia la estrecha relación existente entre el consumo excesivo de carnes y sus derivados, y una variedad de enfermedades, lo que suma a los anteriores retos los relacionados con la salud de quienes consumen en exceso esta clase de alimentos. (1)

Como nunca en el pasado cada vez más tenemos que discutir las diferentes consecuencias ecológicas de nuestras decisiones para alimentarnos y adoptar cambios en las conductas que nos han caracterizado. Nuestra responsabilidad frente a fenómenos como el cambio climático, se reflejará en la medida que asumamos el compromiso hasta el punto de ponderar esas consecuencias ambientales y en salud y actuemos en forma coherente.

La producción, la comercialización y el consumo de carnes y derivados requieren áreas más extensas por unidad de nutrición, generan emisiones de gases de efecto invernadero en gran magnitud y demandan agua en grandes cantidades. Según la FAO, el área dedicada a la producción de alimentos para animales representa casi el 80% de todas las tierras agrícolas. (2) El consumo en litros de agua para la producción de una kilocaloría de origen animal es en promedio cinco veces más intensivo que las mismas kilocalorías provenientes de una dieta de origen vegetal.(3) La ganadería es uno de los principales emisores de gases efecto invernadero, en particular de metano.

Consumo mundial creciente de carnes y derivados

A nivel mundial, los diez principales países productores de leche entera y de carne vacuna, respectivamente sumaron en el 2007 más de 300 millones de toneladas y de 40 millones de toneladas; concentrándose en ese año cerca de 800 millones de cabezas en los 10 países con el mayor censo ganadero. (4)

La tendencia en el mundo, según informe de la FAO, es a un incremento sostenido del consumo de carnes y derivados de ahora al 2050, efecto de un mayor poder adquisitivo de los países en vías de mayores niveles de ingreso. Estudios estiman que en los países de ingresos medios a bajos, en el consumo de carnes se pasará de 30 kilos/persona/año en 2010 a 44 kilos/persona/año en el 2050. En el mundo en general se estima que la producción de carnes pasará de 270 a 470 millones de Toneladas Métricas. (5)

Cobertura de áreas en Colombia según producción

En Colombia el sector de ganado vacuno abarca un área de cerca de 40 millones de hectáreas, con algo más de 24 millones de cabezas. La producción de aves y carnes, que ocupan muy poco en área directa, representa un porcentaje importante de la demanda por áreas de tierra (nacionales e internacionales), al representar el 64.3% y el 15% de la demanda de alimentos balanceados para animales, mientras los vacunos en Colombia demandaban el 11% de este tipo de alimentos. (6) La producción de cerdos superó los 3 millones de cabezas en el 2013, con costos en los que la alimentación de los animales equivale al 75% del total, con la soya y el maíz como insumos centrales.(7)

Mientras tanto, la producción de alcohol carburante derivado de la caña superó en el 2015 los 400 millones de litros y el diesel derivado de la palma superó los 580 millones de litros; esto implicó un uso de área con fines de generación de energía de mínimo cerca de 60,000 hectáreas(*) para producir la caña de azúcar necesaria y cerca de 150,000 hectáreas para la palma africana requerida.(**)

Esto sucede en un país en el que las áreas protegidas llegan a cerca de 18 millones de hectáreas y la cobertura total de bosques es de alrededor de 60 millones de hectáreas. Mientras que las tierras destinadas a la agricultura para producción de alimentos para consumo directo no llegan a las 4 millones de hectáreas y la minería se empieza a perfilar como un sector económico que competirá mucho más con estos otros usos de la tierra y será un factor de afectación de suelos y aguas requeridos por esos otros sectores.

En el curso de los próximos 35 años, los mercados mundiales y las presiones internacionales podrán conducir a países como Colombia a distribuir las áreas ocupadas con estos diversos fines en forma muy distinta a la actual, no exenta de tensiones o conflictos. Los colombianos tendremos que tomar conciencia de la importancia de contar con autonomía en nuestras decisiones sobre la seguridad alimentaria a que tenemos derecho todos. Igual, tendremos que comprender que nuestros hábitos alimenticios tienen consecuencias ambientales y en nuestra salud. Estamos lejos de adquirir esos niveles de conciencia. Cada vez que elegimos un alimento estamos respaldando una alternativa con mayor o menor viabilidad para la solución de retos complejos como el del cambio climático y con niveles diferentes de integridad frente a nuestra salud. Son responsabilidades que debemos asumir con mejor comprensión de sus alcances.

Referencias:

  • Campbell, T Collin and Campbell II, Thomas M. The China Study. Benbella Books, Dallas, Texas, 2006.

  • http://www.fao.org/animal-production/es/ (Junio8 de 2015)

  • Hoekstra, Arjen Y. Twente Water Centre. University or Twente. Tomado de http://waterfootprint.org/media/downloads/Hoekstra-2012-Water-Meat-Dairy.pdf. Netherlands. (Junio 8 de 2015)

  • FINAGRO, Sistema de Información Sectorial, SIS, 2008. (Junio 8 de 2015)

  • FAO, How to feed the word in 2050. Versión tomada de internet. (2009)

  • Superintendencia de Industria y Comercio. Cadena productiva de alimentos concentrados y balanceados para la industria avícola y porcina. Diagnóstico de libre competencia. Tomado de: http://www.sic.gov.co/drupal/sites/default/files/files/ALIMENTOS%20BALANCEADOS.pdf (Junio 8 de 2015)

  • Asociación Colombiana de Porcicultores. Estadísticas económicas semanales (16-08-2013). Areas económica. Tomado de: http://asoporcicultores.co/porcicultores/images/porcicultores/rondas/2013/Semana33de2013.pdf (Junio 8 de 2015)

* Con un buen rendimiento de 6,800 litros por hectárea según BNDES, CGEE, FAO, CEPAL, 2008. Bioetanol de caña de azúcar. Una energía para el desarrollo sostenible.

** Cálculos aproximados del autor derivados de cifras en Mesa-Dishington, Jens. Experiencia del gremio palmero colombiano en el desarrollo del biodiésel de palma. San José Costa Rica, 8 de Agosto de 2014. Fedepalma. (presentación tomada de internet)


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