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Hambre: ¿nutre esa?

Es muy probable que en estos momentos su familia tenga un producto alimenticio del Grupo Nutresa en su casa. Ese grupo controlaba en el 2014 en promedio más del 65% del mercado de Colombia de cárnicos, galletas, chocolates, cafés, helados, pastas y comida al por menor, según su informe de ese año. Cualquier política alimentaria que el país contemple seguramente debería detenerse a entender cómo produce sus alimentos Nutresa, qué virtudes, riesgos y excesos contienen sus productos (51 marcas y miles de referencias de productos) y hasta qué punto el compromiso con una mejor alimentación enunciado en su informe es consecuente y en efecto avanza en mejorar la dieta de los colombianos.

Cárnicos

En días recientes la prensa destacó un informe de la OMS en que se alude al riesgo que las carnes embutidas o procesadas representan respecto al cáncer. Más demoraron los medios en sacar ese informe que algunos “periodistas”, muy probable con vínculos con las industrias de alimentos, en rebatir o impregnar de dudas estos llamados de atención frente a los riesgos del consumo excesivo de las carnes en general y de esas carnes procesadas en particular. Esa es una práctica común en materia del debate nutricional en el mundo, las entidades especializadas en salud buscan educar a los ciudadanos para que mejoren sus hábitos y especialistas o periodistas pagados por las empresas rápidamente desvirtúan las evidencias científicas, sembrando dudas sin fundamento o tratando de desdibujar los argumentos con comentarios extremos.

Nutresa es un actor central en este debate, pero sobretodo por la necesidad de hacer claridad sobre los hábitos alimenticios de los consumidores de las carnes procesadas que distribuyen. Difícil encontrar una familia que no consuma o haya consumido recientemente productos de marcas como Zenú, Ranchera, Rica, Pietan, Hermo, Berard y Blue Ribon, todas de este conglomerado antioqueño, cuya composición accionaria está dominada por el Grupo Sura (35.5%) y el Grupo Argos (9.8%). Estos productos sin duda son centrales para este grupo porque explican cerca del 26% de sus ventas y de sus utilidades, y el 30% de las compras que realiza el grupo para su producción.

Su aporte al hambre, la nutrición, la salud y el bienestar

En el informe Nutresa se refiere a su contribución al tema del hambre en el país. Lo hizo a través de la fundación Nutresa, entregando 886 toneladas de alimentos y apoyando el mejoramiento de los planes de 26 bancos de comida en ocho países. Ese apoyo dicen benefició a 372.667 personas, es decir, a cada persona en promedio le dieron al año 2,38 kilos de algún alimento.

Su contribución a una mejor nutrición, conforme lo registran en el informe, se hizo principalmente por cuatro vías:

  • Mejoras en las referencias: Ofrecieron “alternativas que satisfacen sus aspiraciones en nutrición, salud y bienestar” (las de los consumidores). Lo hicieron buscando que sus referencias de productos cumplieran con el perfil saludable establecido por la empresa. En el 2014 hizo reformulaciones en sus productos, al reducir 284 referencias en contenido de sodio, 140 en grasas trans, 99 en azúcar, y 71 en grasas saturadas. Su meta para el 2020 es que 1.795 referencias cumplan con este perfil, en contraste con 1.505 que lo hacían en el 2013. Al hablar de referencias alternativas o sanas el perfil lo da la empresa pero no explican en el informe en qué consiste, ni con qué estándar nutricional externo a ésta se comparan, más allá de decir que cumplen con recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y de las agencias reguladoras. El informe no alude al total de referencias de productos comercializados por las empresas del grupo, por lo que es imposible saber qué representan estas “referencias saludables y alternativas” como porcentaje del portafolio total de productos.

  • Programa de nutrición: Inviertieron $9.797 millones en el 2014 en programas de nutrición en 1.856 instituciones. Esta inversión dicen benefició a 7.984.514 personas, es decir, casi el 17% de los colombianos (1 de cada 6), cifra que amerita revisión y seguro discusión aparte. Ese nivel de inversión y de cobertura representó en promedio $5.28 millones por institución y $1.230 por persona.

  • Campaña de comunicación: Vienen desarrollando una campaña denominada “Disfruta una vida saludable”. La aspiración es que la campaña conecte usuarios a navegar en la información sobre vida saludable, en forma que les permita establecer un perfil del usuario con el que buscan, entre otros objetivos, segmentar los gustos de los consumidores para brindar una oferta de productos en consecuencia.

  • Información a empleados: Ofrecieron información a los 38.796 empleados sobre mejores hábitos alimenticios y se fijaron metas en reducción de indicadores de obesidad entre esta población.

Exigencias, más que voluntades

Aunque es discutible lo que puede representar en términos de erradicación del hambre dar al año 2,38 kilos a cada una de las 372.667 personas beneficiadas con esta clase de programas, se valora el aporte de esas 886 toneladas, si bien cabría un contraste con el total de las que comercializa Nutresa.

Este aporte frente al hambre en los diversos países que tiene presencia el Grupo, se justifica cruzarlo con lo que pueden representar para el país los problemas de salud que son susceptibles de asociar con dietas basada en el tipo de alimentos producidos y comercializados por Nutresa. Entre más se cargue al sistema de salud con costos debidos a malos hábitos alimenticios, más se restringen los recursos que el sistema de salud, en particular las entidades públicas responsables de la política social, podrían destinar a las poblaciones que padecen hambre o malnutrición en el país.

A las empresas productoras de bebidas alcohólicas, con razón, se les exige que adviertan sobre los riesgos y las consecuencias que representa el consumo excesivo de tales bebidas. Dadas las relaciones que existen entre determinados alimentos y las cifras de morbilidad y mortalidad de Colombia, es hora que se les exija algo semejante a las empresas distribuidoras de alimentos procesados, como los que constituyen la casi totalidad de los alimentos producidos y comercializados por el Grupo Nutresa,. Con relativa facilidad se puede conseguir información sobre los riesgos que para la salud representa el consumo excesivo de alimentos como las carnes procesadas, las galletas, los dulces, los helados y tantos otros productos que comercializa Nutresa. El compromiso de la empresas del grupo tiene que ser muy superior al reflejado en las cifras del informe del 2014.

Nutresa al hablar de nutrición, salud y bienestar en el informe, hace énfasis en los productos alternativos, los que se dice responden a los deseos de los consumidores por una comida más sana. Frente a lo que resalta el grupo Nutresa sobre estos temas quedan preguntas por responde. Algunas de éstas son: ¿Los productos alternativos o sanos cuánto representan del total de productos comercilizados por las empresas del grupo Nutresa?; ¿Qué políticas en materia de salud tienen frente a los demás productos, además de reducir en sus contenidos algunos insumos que puedan ser perjudiciales?; ¿qué investigaciones tiene Nutresa sobre los hábitos alimenticios de sus usuarios?; y ¿qué pautas determinan tales investigaciones en la orientación de su producción y comercialización?

El informe, por obvias razones comerciales, deja de lado la discusión sobre lo que implican la totalidad de sus productos para la salud de los colombianos y los grandes retos que para el sistema de salud del país representa prevenir su consumo excesivo. Por eso cabe la última pregunta que las entidades públicas responsables de velar por la salud y la nutrición de los colombianos deberían ayudar a resolver: ¿Qué tanto nutre esa empresa, o más bien ese conglomerado de empresas, con sus múltiples alimentos procesados?


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